Y tras el parón de fin/principio de año, vuelvo con más aves, en esta ocasión con la pintada vulturina (Acryllium vulturinum), una gallina de guinea con cara de buitre.
Esta pintada habita zonas más secas y coincide con la pintada común en sus áreas de campeo, si bien ésta tiene un rango de distribución mucho mayor. En donde llevamos a cabo nuestro curso de Kenia, en el centro de investigaciones de Mpala, es muy común y relativamente fácil de fotografíar, de hecho, estas de la foto estaban entre el comedor y las cabañas de dormitorios. En Kenia se ve sobre todo en zonas al norte del Monte Kenia y en Tsavo y sus aledaños, pero no se ve en algunos de los parques más típicos de safaris, como Nakuru o Maasai Mara, por lo que muchos turistas no la ven en sus viajes por el país. A mí personalmente me gusta más, el azul eléctrico de las plumas del pecho y cuello con ralladas de blanco me parecen espectacualares y la cara de buitre (de ahí lo de vulturina) me gusta particularmente, ya que me encantan los buitres. Otra rapaz vista en mi jardín y en el descampado de enfrente.
Esta rapaz tiene un aspecto un tanto extraño, mal vista puede parecer desde un ratonero por su manera de volar, a un azor por su barreado en el pecho, o a un aguilucho por la forma de sus alas puntiagudas y larga cola. La he visto sobrevolando el jardín en numerosas ocasiones y siempre se muestra muy agresiva con otras aves, incluso la he visto atacar a un busardo de augur, de tamaño parecido, en vuelo, y echar al pigargo vocinglero, bastante más grande, de su posadero. El aguilucho caricalvo común (Polyboroides typus) tiene una extraña doble articulación en sus patas que le permite trepar por los árboles y meter las patas en los agujeros de los nidos para cazar carpinteros, barbudos y otras aves que anidan o se esconden en oquedades. En el jardín la he visto colgada de las ramas donde los tejedores construyen sus nidos, tratando de sacar algo de éstos, y cazar al vuelo, pero completamente boca-abajo, a una ardilla que se alimentaba de los frutos de una palmera (desgraciadamente no hay foto). Ver su conspicua cara sin plumas (caricalvo) es fundamental para identificarla, de otro modo, puede resultar difícil su correcta identificación. Tengo la gran fortuna de vivir en una zona privilegiada de Nairobi; frente a mi casa, hay un descampado donde se forma una charca, permanente desde que llegué en 2015, que no ha dejado de llover más de dos semanas seguidas.
En un márgen de esa charca, mis caseros han instalado un poste grande para que se posen las aves. En ese poste he visto muchas aves, muchos días. Casi todos los días, en algún momento, se posa algún miembro de una pareja de pigargo vocinglero (Haliaeetus vocifer) que anida en las inmediaciones. Se calcula que hay unos 300.000 individuos en todo África, siendo el lago Naivasha en Kenia, una de las zonas con mayor densidad de anidación. Está presente en las banderas de Zambia y Zimbabue, además de ser el ave nacional de este último país. Casi todos los días, uno de los dos pigargos pesca alguno de los numerosos pez-gato que medran en la charca. Un día, conseguí inmortalizar el momento en que el pigargo sacaba uno del barrizal en que se habían convertido los márgenes de la charca. Por cierto, en inglés y en latín, a esta ave se le conoce literalmente como "águila pescadora", que no es lo que en España conocemos por "águila pescadora" (Pandion haliaetus); no es un águila propiamente dicha, sino un pigargo. Lo de vocinglero... es para oírla. Cuando indicas a un lego en aves que lo que estás viendo es una ganga, ya sabes la broma que te espera: ¡pues menuda ganga! ¡las he visto mejores en el supermercado! ¡póngame dos! y tonterías por el estilo.
Y es una pena porque, en su discrección, las gangas me resultan preciosas. Como esta ganga decorada (Pterocles decoratus) que compartimos aquí hoy. Estas aves son difíciles de ver por su excelente camuflaje y sus discretos hábitos, así que lo más común es encontrártelas a punto de ser atropellas por tu vehículo andando por la carretera (otro motivo para cumplir con la norma de circular despacio en los espacios naturales). Este ejemplar macho de ganga decorada lo vimos en la carretera de Tsavo Oriental caminando tranquilamente sin levantar el vuelo, lo que facilitó la foto. Según la primera acepción de la RAE, soberbio es aquél que tiene soberbia, pero como esto es una característica humana que no debemos trasladar a los animales, pasamos a la siguiente acepción: alto, fuerte o excesivo en las cosas inanimadas... que como no sé muy bien lo que quiere decir más allá de alto y fuerte, pasamos a la tercera acepción: grandioso, magnífico. ¡Esta sí! esta me cuadra.
El estornino soberbio es grandioso y magnífico, y esa grandiosidad y magnificencia hace que los turistas recién llegados a Kenia quemen las tarjetas de sus cámaras nada más verlo, por si no fueran a verlo de nuevo. Pero resulta que el estornino soberbio (Lamprotornis superbus) está por todas partes y además, es de esos pajarillos a los que les gusta acompañar a los turistas cuando éstos sacan sus bocadillos, para mendigar las migajas o, en no pocas ocasiones, robar a los despitados e inocentes turistas mientras los fotografían. De cualquier modo, se merecen ocupar unos cuantos gigas en nuestros discos duros... Cuando te cuentan los detalles uno a uno, alucinas. Cuando los juntas todos en un mismo sitio piensas que será demasiado recargado e incluso con un punto hortera, pero cuando ves el resultado ¡flipas!
La grulla coronada cuelligris (Balearica regulorum gibbericeps) es una de las aves más extremas y recargadas en detalles de todo África, pero resulta espectacular y preciosa. La he visto en casi todas partes, aunque está en fuerte declive desde los años 80, con pérdidas de más del 50% de la población en los últimos 25 años. Así que, la UICN decidió en 2012 pasarla de "vulnerable" a "en peligro". Es el ave nacional de Uganda, apareciendo incluso en su bandera. Esta de la foto, es también de Amboseli. Lo primero que ves es un rayo de azul metálico pasar. Sigues fijándote y localizas un posadero donde un ave de brillante colorido va y viene, y cuando viene casi siempre tiene algo en el pico.
Los martines pescadores son aves generalmente muy coloridas, rápidas en sus vuelos y precisas en sus pescas/cazas. En el jardín del hotel de Amboseli, estaba este alción cabeciblanco (Halcyon leucocephala) que no paraba de pillar grillos, saltamontes, escarabajos y otros insectos. Ampliamente extendido por África subsahariana, y por toda Kenia, es uno de los alciones más comunes de ver, tanto por su amplia distribución como por sus hábitos menos forestales que otros alciones. Y una delicia verle cazar, ir y venir. Volvíamos ya a nuestro alojamiento en Amboseli, un poco rápido porque se hacía tarde; la luz era ya escasa cuando se cruzó una enorme ave volando (algunos dicen que el ave voladora más grande del mundo, sin querer entrar en estas categorizaciones, sí diremos que es de las más grandes). Aterrizó a escasos metros de nuestro coche y comenzó a desplegar su comportamiento de cortejo, conocido como "rueda" en su prima ibérica, pero se cortó al percartarse de mi ostentoso zoom y no quiso darme el gusto de un espectáculo completo.
Por supuesto, estoy hablando de la avutarda Kori (Ardeotis kori struthiunculus), a la que veo en casi todos mis safaris y, como a tantas otras aves, no puedo dejar de hacer fotos, aunque sean malas. Su estatus no está bien conocido y no se tiene una idea de la cantidad de estas avutardas que hay en la actualidad. La UICN la considera cerca de estar amenazada. En abril estuve en el Parque Nacional de Tsavo Oriental, que forma parte del área protegida más grande de Kenia y una de las más importantes de África. Se considera que en Tsavo se encuentra la mayor concentración de grandes elefantes colmilleros de todo el continente. Si bien es cierto que siempre ves elefantes con grandes colmillos, nunca he visto uno de esos que llaman "hundred pounders", o sea, aquéllos elefantes a los que cada colmillo les pesa casi 50 kilos (100 libras son unos 45 kilos). Pero Tsavo es un espacio excepcional para ver fauna en general, con gran diversidad de reptiles y de aves, donde se dan muchos avistamientos raros y poco comunes, al ser un lugar donde llegan aves migrantes de Euroasia y del sur de África (aunque en diferentes épocas).
En este caso, una bonita carraca europea (Coracias garrulus), que suele verse en este parque entre octubre-noviembre y abril-mayo. Empiezo hoy una serie de fotos de aves de Kenia, que no todo son mamíferos, y para inaugurar la serie nada mejor que la gallina de guinea común o pintada común (Numida meleagris reichenowi).
El fin de semana pasado, cuyo lunes era festivo en Kenia por ser el día de los héroes (Mashujaa day) nos fuimos a Amboseli, uno de los parques más escénicos de Kenia y con las mejores vistas al Kilimanjaro. Quizá no sea de los mejores para ver grandes animales, aparte de elefantes, pero sí de los mejores para ver aves (aunque la temporada seca ya ha acabado y la concentración de aves en este parque disminuye según aumentan las lluvias). |
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agosto 2019
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